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ACOGER A NUESTROS MAYORES

Frente al abandono en el que vive un alto número de mayores en las grandes ciudades, las leyes de Acogida de Personas Mayores brindan la oportunidad de crear nuevas formas de integración y convivencia intergeneracional.
La intención principal de esta normativa es actuar en contra del abandono y exclusión de la tercera edad. Es por esto que la acogida familiar de mayores se presenta como un servicio social que principalmente busca afianzar los lazos de solidaridad entre la población, mediante el intercambio de ayudas y beneficios. La ley de acogida de personas mayores de la Comunidad Autónoma de Cataluña, creada el 29 de diciembre del año 2000, y la Ley de acogimiento familiar de personas mayores de la Comunidad Autónoma de Navarra del 10 de diciembre de 2002, son dos ejemplos que describen esta estrategia social.
En términos generales, la estrategia consiste en acoger a una persona o pareja de mayores, por otra pareja o persona más joven, la cual deberá prestar un servicio de cuidado. Por ejemplo en Cataluña, comunidad pionera en esta ley, los mayores que son acogidos en ambientes familiares deben tener más de 65 años, y los acogedores deben tener 15 años menos que estos. Si una de las personas acogidas tiene discapacidad física o psíquica el requisito de edad puede quedar anulado para ese particular.
El pacto de acogida, que debe hacerse mediante escritura pública, no incluye la administración del patrimonio ni de los bienes de los mayores que son acogidos. Por supuesto, existe una contraprestación por este servicio, la cual es acordada por las partes y puede hacerse mediante la cesión de bienes muebles o inmuebles, o dinero. En todos los casos la acogida debe garantizar los servicios e infraestructura para el bienestar de la persona acogida. Esto es muy importante puesto que la seguridad en el domicilio de las personas mayores es uno de los aspectos de mayor cuidado.
Nuevas relaciones intergeneracionales y de convivencia pueden surgir gracias a esto. Por ejemplo, la figura de la acogida también se ha planteado inversamente, es decir, mayores independientes que pueden alojar a jóvenes estudiantes. Esto es el programa Vive y Convive de la Obra Social de la Caixa Catalunya. En este caso, el joven es acogido a cambio de acompañar y convivir con la persona mayor.
La acogida de personas mayores es por lo tanto una acción basada en la solidaridad y aunque no se trata de un servicio totalmente gratuito, es una figura ejemplar de integración. Todas las personas necesitamos compañía en algún momento y la convivencia intergeneracional es una oportunidad que poco a poco llama la atención de más ciudadanos.

Fuente: boletín infoelder nº 39

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